(versión en coreano 이웃집 남자 12)
Hace años conocí a un señor viejo,
estadounidense, al salir de la iglesia.
Era ex oficial de la marina y enseñaba inglés en Chile (así se me presentó). Dijo que me llamaba porque nunca había visto ni un/a asiático/a en la iglesia. Viajó varias veces a países asiáticos como China, Corea y Japón cuando trabajó en la marina. Nombró unos lugares donde había ido y no me pareció mentiroso.
Era ex oficial de la marina y enseñaba inglés en Chile (así se me presentó). Dijo que me llamaba porque nunca había visto ni un/a asiático/a en la iglesia. Viajó varias veces a países asiáticos como China, Corea y Japón cuando trabajó en la marina. Nombró unos lugares donde había ido y no me pareció mentiroso.
Le pregunté porqué vino a Chile. Me dió una respuesta
bien ambigua: “La vida no está pronosticada, y cuánto más se envejece, uno
puede estar más ansioso de hacer lo que no había hecho antes.” Tuve que darle una
respuesta ambigua cuando me preguntó porqué vine a Chile. Sí, tiene razón, uno
no puede predecir su vida.
Tuve su teléfono e email pero los perdí y nunca
lo he visto nuevamente. Cada vez que veo a un señor de su edad, me acuerdo de
él. ¿A dónde se habrá ido su
vida imprevisible?
(traducción por la autora y revisión de castellano, Paulina Valenzuela, alumna UC)
3 comments:
A mi también me han ocurrido una serie de encuentros similares. El último fue con Raúl Ruiz, el conocido cineasta chileno. Entré al restaurant Peluquería Francesa y me percaté de que están grabando una película y que trás las cámaras él estaba sentado. Palidecí. Cuando terminó el rodaje entró a tomarse algo, yo sólo atiné a saludarlo con un movimiento de cabeza.
Pocos meses después me enteré de su fallecimiento, en ese momento me entró el remordimiento por no haberle hablado.
Yo también me pregunto adónde habrá ido su alma imprevisible. LFT
Ps: más aún, agregaré que aún no me repongo de ese encuentro. Ja ja ja..
Exactamente. Por lo menos recuerdo que fuiste uno de los alumnos, jajaja.
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