Cuando llegué a Chile, comencé viviendo con una señora chilena, luego en un pequeño estudio amoblado, luego en un departamento con una habitación y luego el lugar donde vivo ahora. Cuando vivía en el pequeño estudio amoblado, pensé que volvería pronto a Corea, por lo tanto no quise comprar ni un mueble. Dado que era un estudio sin remodelación en un edificio antiguo, decidí moverme a un departamento nuevo, donde compré lo necesario, incluyendo cama y un refrigerador, con lo que gasté todo el dinero que tenía. Un amigo dueño de un restaurante me regaló una mesa, la que usé como mi escritorio.
Murió mi primer refrigerador en Chile. Hace años que tenía hielo en el congelador y funcionaba más o menos, hasta que por fin ya no funcionó más. ¿Llamar a un técnico o comprar uno nuevo? Finalmente, mientras aún vacilaba la idea, encontré un nuevo modelo con garantía de diez años, a lo que sumaba una mejor eficiencia energética, por lo que me decidí a comprar uno nuevo.
Tuve muchos recuerdos el día de despedida de mi primer refrigerador en Chile. Viví apenas con un frigobar en el estudio. Al cambiar a un departamento compré lo necesario sin pensar todavía quedarme en Chile. Lo hice sólo porque un departamento amoblado salía muy caro. Igual estuve emocionada al tener un refrigerador en vez de un frigobar. ¿Qué significa despedir al refrigerador que compré para mi vida transitoria en Chile? ¿Ya se acabó mi vida transitoria en Chile? De todas formas, usted ha hecho buen trabajo, Sr. Refri. Adiós.
(escrito por la autora y revisado por PCS)
Blog in Spanish Una de las mejores atracciones que tiene Chile
2 comments:
Me gustan sus entradas profesora! :) Fui alumno de usted en la PUCV. También escribo un blog, ojalá pueda visitarlo, saludos desde Liberia! chilenoenliberia.blogspot.com
Ramón said...
Tiene un ligero toque de humor su entrada, a mi me cuesta decirle adiós a las cosas viejas que tengo y siempre las reciclo o las arreglo para que vuelvan a funcionar, tengo un tío que repara zapatos y si el cliente lo desea los transforma en sandalias.
No obstante, en Chile ya muchas cosas son desechables por el bajo valor que tienen al comprarlas y que por pocos pesos se pueden comprar artículos de una mejor tecnología.
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